La artesanía textil ha estado presente desde tiempos antiguos en todas partes del mundo. Una de las más reconocidas y prestigiosas es la japonesa. Su técnica de tejido es sorprendente, con una enorme cantidad de variedades y estilos, que datan desde hace muchos siglos en la historia. Una de las más destacadas es el telar japonés Saori, el cual se caracteriza por tejer sin reglas.
Esta técnica de tejido surgió en 1960, de la mano de la artesana Misao Jo, quien creó un telar especial para personas discapacitadas, pero al final se convirtió en una técnica conocida en todo el mundo. El objetivo de Misao Jo era permitir que las personas con discapacidad pudieran crear sus propias prendas a través del arte del tejido, sin enfrentarse a limitaciones técnicas. La idea principal de Saori es producir tejidos sin preocuparse por los estándares preestablecidos, permitiendo la libertad de expresión y la creatividad.
La técnica Saori se caracteriza por su simplicidad y flexibilidad, y lo que la hace destacar es que no sigue reglas establecidas. El tejido es una forma de arte, y no se trata solamente de la producción mecánica de prendas. La técnica japonesa hace lo contrario: da prioridad a la libertad indivisible, destacando la individualidad y la creatividad del tejido. Saori se centra en la diversión y la experimentación, más que en la destreza en el tejido.
La técnica Saori utiliza los materiales más sencillos y naturales, como lana, algodón, seda, lino y algunos materiales de reciclaje. A diferencia de las técnicas de tejido convencionales, Saori no necesita sofisticados telares o grandes maquinarias. Basta con un telar Saori, o uno similar, para comenzar.
La creatividad es el elemento principal de la técnica Saori, permitiendo al tejedor o tejedora que sigan su instinto y expresen sus emociones libremente. Saori anima a los artistas textiles a utilizar colores brillantes, diferentes texturas, y a experimentar con diseños y patrones únicos, siempre centrados en la individualidad de cada tejido. La técnica japonesa promueve también la práctica del agradecimiento, expresando gratitud por los resultados del trabajo y por los recursos utilizados para producirlos.
La técnica del telar Saori tiene una filosofía básica que implica cuatro principios: individualidad, espontaneidad, ingenio y libertad creativa. Cada uno de estos principios es crucial, ya que cada uno anima a los tejedores a desarrollar de forma exclusiva su propia creatividad.
El principio de individualidad alienta a los tejedores a crear exclusivamente lo que deseen, no siguiendo patrones o regulaciones preestablecidas.
La espontaneidad se trata de trabajar con la emoción, dejándose llevar por la inspiración del momento. Los tejedores pueden improvisar mientras trabajan, no importa si las creaciones no resultan exactamente como se planearon.
El ingenio es la creatividad desarrollada en la práctica, que los tejedores pueden utilizar para hacer frente a los desafíos y experimentar con nuevos patrones.
La libertad creativa es la piedra angular de la técnica Saori, alentando a los artistas textiles a descubrir su propia individualidad y estilo único.
El telar Saori se popularizó rápidamente y se esparció por todo el mundo extendiéndose por Australia, Europa, Norteamérica y Sudamérica. Las enseñanzas de esta técnica se encuentran disponibles en varios países, con talleres y clases que invitan a los tejedores de todas partes a experimentar la libertad creativa de la técnica. La culturización de la técnica Saori ha permitido a los tejedores de todo el mundo mejorar y desarrollar su propio estilo y creatividad utilizando cualquier material y herramienta.
El telar japonés Saori es la técnica de tejido perfecta para aquellos que buscan formar una conexión artística y enriquecedora entre ellos mismos y su propia creatividad. La técnica promueve la libertad de expresión para crear de acuerdo con la emoción del momento, y se enfoca en la individualidad de cada tejedor y en la creatividad sin reglas preestablecidas.